Ya regresé a la ciudad
con un mayo distraído
desde Babilonia
con la prímula y sus grandes raíces
regresé al fuego de tu reino
ebria como una luna incierta de deseo
luna roja en el instante que se funde en la mar...
Regresé a ti y a tus calles
con la maleta de los sueños proscritos
a tus grutas sin la prisa del amor maduro
a desnudarme frente al espejo de tus ojos
regresé y me sentí extraña en las aceras
no entendía el acero de las miradas
ni las muescas en las esquinas evanescentes
pero yo ya no era sierva del reino de nadie
era libre, para irme al alba o llenarme de tu gemido
regresé a esta tierra basáltica
los semáforos ya no eran grises
ni tu rostro, ni mi sombra, ni el Sol...
Regresé a tu casa
como un antiguo sueño
porque nunca me fui
escapaba escribiendo esta pesadilla
dejándote herido, me fui a Babilonia
como Alejandro, a conquistar una quimera
pero amor, las quimeras son fantasmas
acosando la cúspide de cada orgasmo...


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