Mira ahí nuestro reino.
Alzamiento de banderas blancas
en cualquier rincón de la tierra prometida
hija pródiga que vuelve de su lecho en la templanza
para morir en el amor y por el amor
sin que los pueblos derramen ni una sola lágrima.
Hoy, toda la niebla es el ajuar de la piedra
y recorre un laberinto, la guarida de mi amor.
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