Ya no busco ser de acero
ni la amante cansada de esperar
ni la penumbra bajo tu camisa.
Ahora, ya soy de piedra
y me nacen nacientes de agua en las grietas
las cicatrices han germinado en mandrágoras
y no quedan restos de la muerte en mis ojos.
Ahora, camino los abismos y no tengo miedos
no contamino tu riesgo cuando muerdes la tarde
y reniego de andar a tu sombra...
Ahora vengo sin ser ni tu condena ni yo condenada
vengo sin ataduras y sin romper vestiduras ni llantos
vengo desarmada, pero no ciega ni cautiva
traigo un temblor de lluvias y amarantos
vengo como la recién nacida a tu encuentro
como aquella primera vez...
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