Tengo mis manías
y tú eres mi manía primera.
Déjame vivir asilvestrada en tu pecho
antes de que la muerte nos devuelva al vacío
y déjame ser tu puño cerrado
con el que atar tardes eternas
y cuando ya no quede rastro del ayer
déjame ser la primera piedra de tu casa...
Hermosa declaración de amor.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por tus palabras, me animan!
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