sábado, 18 de agosto de 2012

A Nadezhda Tolokonnikova


Hoy el día se funde
en manos con el puño en alto

es más cierta la libertad que escondo
que las tinieblas del miedo

donde callan los muertos vivientes
los enmudecidos tronos oxidados...

Hoy, me fundo con los sueños más temibles
para los que quieren acallar mi canto

hoy soy la madera del puñal en mi voz
soy el metal de mi espada, mi canto

y soy esa mujer que no se duerme
que revienta las prisiones, porque no estoy sola

porque sé que hay más puñales y puños
hay más madera que quemar

ríos de palabras, palabras de agua
palabras que chirrían en sus desalmadas garras...

domingo, 24 de junio de 2012


De mármol ardiente
un alba enredada en tu Alma
en los abismos del planeo
de un ave que se desnuda
ante la visceral muerte del miedo.

Volar, dibujando en un desierto
el pasado que enmudeció
rayos del Sol aliviando la mansa verdad.
Agua de una fuente sin la sombra del tiempo.

Y visioné un jardín de algas en tu lenguaje
el lenguaje de los pájaros
y mil lunas se precipitaron a tus murmullos
de genio loco, que se pierde entre lo imposible.

Dulce condena de los dioses de tu voz
entre venas de lapislázulis y maletas sin diccionario
la huella de tu corazón

la esperanza de caminar a tu lado
inventando la palabra incurable
para revolverme en la magia de tu locura animal.