sábado, 18 de agosto de 2012

A Nadezhda Tolokonnikova


Hoy el día se funde
en manos con el puño en alto

es más cierta la libertad que escondo
que las tinieblas del miedo

donde callan los muertos vivientes
los enmudecidos tronos oxidados...

Hoy, me fundo con los sueños más temibles
para los que quieren acallar mi canto

hoy soy la madera del puñal en mi voz
soy el metal de mi espada, mi canto

y soy esa mujer que no se duerme
que revienta las prisiones, porque no estoy sola

porque sé que hay más puñales y puños
hay más madera que quemar

ríos de palabras, palabras de agua
palabras que chirrían en sus desalmadas garras...