domingo, 4 de diciembre de 2011

Cómo parir sílabas

de un código perdido
amazónico, vestal...

Acaso tengo yo un cuenco
para el semen de los dioses
el útero de las palabras...

No sé, tal vez
me nacieron sicomoros

y una hiedra visionaria
trepadora, que cortara el cielo
y naciera el poema.



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