sábado, 19 de abril de 2014

No puedo dejar de pensarte
se me hace eterna la distancia que nos separa
si te vas, me hago invisible
y no hay más que desiertos
no sé desaparecer cuando te marchas
y me vuelvo indolora, insignificante.
No puedo dejar de buscarte
en mis lunas no encuentro salidas
aparecen las sombras
me envuelvo en nieblas y el mundo se me hace un puño
me invaden las dudas 
me siento presa de esta situación incómoda
no encuentro el instante de perderme
de recobrar la cordura
de ser alguien, algo
en el espejo me reconozco huérfana
indigente me presiento
una mujer desarmada, 
despiadada con mi propio destino...

Vengo desnuda y sin disimulos.

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