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Rotas mis manías
regreso a la senda del vacío
donde los cuencos sujetan la nada

El mar no inventa
ni el miedo esconde
cuando la furia de las olas desnudan

arrancando la piel
buscando en los huesos
y en el infinito de los ojos del Universo

ese orgasmo marino de la muerte y la resurrección.

Pero siempre en la orilla el silencio
a pesar de la lluvia de sal
buscando al ser infinito
y eterno
que se esconde en esta isla.


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