no recuerdo el ritmo del misterio
sólo sé que perdí mi sombra
perdí los ojos y la boca, el olfato y mi vientre
me perdí entera en mi yo combatiente
y perdí un fuego en mis entrañas que me hacía diluirme.
Soy un animal
y me equivoco a medias
y me salvo de mis contrariedades
qué suerte ser de aguas movedizas
y no rendirme.
Es tarde para volver al cuerpo que era isla...
Arde la hoguera de una lucha cuerpo a cuerpo.
¿Será que estas entrando en la madurez que miran tus versos en lo hondo?
ResponderEliminarLo malo de la madurez es que se deja de hacer locuras...
Un abrazo