Cuando me miras
recuerdo en ti el oficio de alfarero
y no quedan secretos que modelar
no quedan temores ni lastres ni agujas
y la sombra no me persigue.
Tu vida es un alfabeto por aprender
ya nada es insignificante
y abarca la más diminuta semilla
el germen de tu amor...
Sacrificio despiadado de este fuego incesante
que crece y crece aunque quieras negarlo
y retumba la crecida
y me alivias en lo imposible
y se me hace inútil naufragar.
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