jueves, 14 de agosto de 2014

Era una tarde casi imperfecta
el pájaro guardaba su tesoro
sus alas dibujaban libertad en los surcos del viento
el niño guardaba su boliche
con el que girar las estrellas cada noche
y tú, tú guardabas tus verdades como puños
podrías volátil romper el yugo de mi miedo
tú podrías caer como rosas en mi instinto
y alborotar mi pizca de paz con la que me sujeto a la luna

Casi imperfecta llegaba la noche
siniestra, con su fuego doliente...

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