lunes, 4 de agosto de 2014

Hay un rastro de silencio en la casa
y ni los huesos perdonan
la incertidumbre hace de los minutos una eternidad
hay un fuego incisivo en las ventanas 
que no dejan ver el horizonte
y yo me pregunto hasta cuándo 
hasta cuándo las paredes serán lágrimas
hasta cuándo yo de piedra en los jarrones
y un pisapapeles mi verdugo.
Un libro de hielo duerme en mi almohada
no hay rumor de pájaros
no oigo risas en la noche oscura
sólo se escuchan gritos de guerras inmorales
mientras un reguero de sangre puebla los campos
aunque desde mi ventana no los veo morir
ajena a la vida que se escapa...

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