domingo, 13 de enero de 2013

Hay un espacio para escaparme
entre la idea y la locura,
es la condena del naufragio,
haciendo lo imposible
en el circo de la necesidad.

Vencida, busco en los huecos de la herida
intentando coser los retales de mi vida
con el hilo del sol y la voz del mar
en vendavales de poemas cosidos
al viento de la incertidumbre.

Gota a gota, se diluye este lugar
donde la niebla es de onice
donde habita un gigante que grita
el hábitat del tiempo en la rueda del silencio
respirando un océano que late la razón del olvido...






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