domingo, 27 de noviembre de 2011

Cóncedeme las horas que no quieras
el instante en el que el mar es ahora
una montaña que guarda una flor
préstame las alas de psique
el Amor tendido al Sol
entrégame un escalofrío de la pasión
la excitación de un árbol en primavera.

Quiero que me mientas y me digas
que tu suerte es mi suerte
antes que reviente la indulgencia del silencio
y yo no sepa dónde se pierde la brevedad de la vida.





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