Señora de la noche
faro de poniente
luz tenue de los amantes de la vida
metamorfosis
semblante granado
hay en ti una flor de la vida
y en ti, dama oscura todos los ritmos
toda la simiente madura
en el roce de la marea arbórea
en el fértil de las raíces marinas...
Y te borda tu sirviente
Diosa Blanca divina
aferrado a un verso,
a hierro y bronce,
ofrecido de rutilos y turmalinas
a tu favor de siervo constelado.
Señora de la noche
como tu vino sagrado
bébeme y aspira un poema retama
flor de liz en tu semblante
temple a fuego de embrujos lunares...
(Al Celta)
Hay algo más que poesía en estos versos. Hay magma de un vocán sin extinción, gravedad en la luz, levante en la mirada de la noche, magia blanca temblando las estrellas con hechizo de aurora y mil constelaciones con ánimo de ser universo del sueño, jardin de las mareas, resplandor.
ResponderEliminarY un faro de poniente que ilumina esa flor, sus pétalos de luna, su insomnio mientras arden los espejos.
Un poema especial, sin duda.
Gracias por concebirlo, Canarí.
Namasté.