domingo, 6 de noviembre de 2011

Si alguna vez escribes un adiós
que sea tarde, que se tatúe en la arena
y el mar te arranque la despedida,
que penetre en la lluvia
y lave tu despedida de cristales.
Si alguna vez decides volar
que sea tarde, y te broten aguamarinas de la espalda
de los ojos, del rostro de dios marino que te posee...
Que sea tarde cuando te nombre con tu nombre la huida
que no queden grietas en las calles para esconderte
ni en la voz de la nada, ni del sicomoro.
Que sea tarde para la soledad, para las tinieblas en la mirada
para esa casa sin ventanas con acuse de recibo
que sea tarde para que nos envenene el tiempo y te abandones
al oleaje de la desidia, de mí, de ti, de esta tierra atlántica.
Si alguna vez decides vencerte
yo estaré allí para levantarte con el susurro de los mandalas,
para acompañarte en el pasaje de alfileres
coserte el costado con besos y albahacas...
Que sea tarde para un adiós, que sea pequeño, sin espigas
débil y angosto, que no llegue nunca y, si tal vez, nos invade
suplicaré el arco de Artemisa y le clavaré salvia en el corazón...




...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te agradezco tu visita y tu comentario.