A quién pertenecen las nubes sino a Venus
y las flores de Portugal, a quién
y los tanques de guerra y la muerte absurda
quién plantó las malvas en los cementerios
y de quién los crisantemos...
De quién la blanca nieve, helada, sin palabras
y a quién pertenece el punzón de hielo
y los libros en blanco, quién su dueño.
De quién son los pasos en la arena
y sus huellas, a quién pertenecen, al mar o a la sal
de quién el canto de las caracolas
y los arrecifes, aman o heridos crepitan.
De quién es lo perdido en la memoria
regresando al dueño del trance...
De quién es la confusión y el mundo absurdo
la trampa y los cristales rotos, quién urde la fatalidad
quién es Teseo matando el matriarcado...
Dónde se acaba el mundo y comienza el invierno...
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